Políticos al desnudo en las playas de San Pedro…

Políticos al desnudo en las playas de San Pedro…

A la vista que presentan las playas de nuestro pueblo, las primeras palabras que pueden llegar a nuestra mente respecto de las Administraciones que nos gobiernan, pueden ser: ineptitud, incompetencia, incapacidad, desidia… Aunque al tratarse de San Pedro no podemos ser tan benévolos. La experiencia y la historia nos hablan de intencionalidad.

¿Es casualidad que todo lo bueno ocurra en Marbella y todo lo malo en San Pedro Alcántara? Al poco tiempo de nacer la Colonia, el Ayuntamiento se negó a construir el actual Cementerio, posteriormente, en multitud de ocasiones se las tuvo que ver Don Manuel Gutiérrez con los “políticos” de nuestras vecinas localidades, torpederos de “la obra bien hecha del marqués del Duero”. Hoy en día, ejemplos los tenemos por doquier: instalaciones deportivas, sanitarias, de ocio, culturales, etc. etc. etc.

Las playas de Marbella, a las que se refieren las últimas noticias, ya están listas para recibir turistas nacionales y extranjeros, pero las de San Pedro, a falta de la reacción efectiva de la Junta de Andalucía, no se han podido cubrir de arena suficiente ni de calidad. Por otra parte, el Ayuntamiento sólo se limita a echar la culpa a la delegada de Gobierno de la Junta de Andalucía en Málaga.

El problema es tan grave que los mismos propietarios de chiringuitos y restaurantes han dado el paso al que está obligado el Ayuntamiento y la Junta, pagando de su bolsillo el relleno de arena necesario para que, en vez de un pedregal, parezca una playa medianamente practicable para los bañistas. Como bien se dice en el artículo del Diario Sur publicado en el día de hoy, “si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña”. Los empresarios, hartos de que los políticos de uno y otro signo se echen la culpa de esta situación y no hagan nada productivo, critican el escaso resultado de los aportes de arena procedente del dragado de la bocana del puerto de Marina-La Bajadilla. “Si nadie arregla nada tendremos que hacerlo nosotros mismos”, apuntan desde estos negocios.

Los ciudadanos y sus impuestos.

Pero, al igual que los dueños de chiringuitos, restaurantes, hoteles y apartamentos turísticos, los ciudadanos de a pie pagamos religiosamente nuestros impuestos para que, entre otras cosas, las playas estén en perfecto estado de revista al inicio de la temporada. De nada sirve que se compren banderas azules y se publicite la Costa del Sol como ejemplo de calidad, cuando llegamos al “rebalaje” sampedreño y nos abrimos el pié intentando no partirnos la crisma saltando de piedra en piedra. Eso sí, dirán que de esa forma nos ahorramos una parte de la factura del SPA y la reflexoterapia.

¿A que todos los cargos de confianza cobran puntualmente su abultada nomina? Pues muchos de los curritos no tienen esa suerte. Lo único que tienen y que en principio es gratis, la playa, no está a la altura que demandan los sampedreños y lo mínimo que podrían hacer estos señores (enchufados incluidos) del PP, es remangarse un poco la chaqueta, quitarse la corbata y empujar el carro de San Pedro Alcántara, en vez de gastarse el dinero exclusivamente en decir que Marbella Avanza. Menos Copa Davis, vetada para la amplia mayoría de los bolsillos y más playa, que es abierta para todos los públicos, les guste el tenis, la hípica, el padel, la petanca o el tumbing.

Para que os hagáis una idea:

- Diario El Mundo 17/06/2009: La fase de cuartos de la Copa Davis costará unos dos millones y medio de euros.

- El plan de todas las playas de Málaga capital en el año 2007 costó 1,8 millones de euros y contempla, entre otras iniciativas, 64 oasis en el litoral y decenas de parques infantiles en la arena.

- En 2007 El Gobierno licitó por 2,7 millones de euros aportes de arena en el litoral oriental de Málaga para los siguientes tres años.

¿Qué podríamos hacer en San Pedro Alcántara con los 2,5 millones de euros que cuesta la Copa Davis que será utilizada para la propaganda del PP y de la Junta?

En definitiva que, como siempre, pillamos a todos con el culo al aire o, como ya es normal (y si no, que se lo digan al líder del PP europeo Berlusconi), en pelota picada enseñando sus vergüenzas.