Una de “cal y arena” para el verano...

Una de “cal y arena” para el verano.

Para colmo de males, se nos echan encima las críticas culinarias.

En el último post del crítico gastronómico del diario ABC, Carlos Maribona, se habla del restaurante El Ancla. http://www.abc.es/blogs/gastronomia/public/post/el-campero-y-sus-atunes-1335.asp

Utiliza términos para referirse al establecimiento de San Pedro “de” Alcántara dando una de cal y otra de arena, más de arena cuando se refiere a las coquinas y al precio del menú degustado por cuatro personas. En concreto 231,00 € que parecen no corresponder con el “modesto pero muy correcto” servicio, hasta que se repartió el besugo, inicio de “una cierta desesperación”.

Lo que nos faltaba.

Después de saber que la ocupación hotelera en Marbella caerá este verano entre un 10 y un 15 %, nos dicen que somos caros y damos un servicio mediocre. Parece que la crisis no ha servido aún para nada a ciertos comerciantes, hosteleros y empresarios en general. Además, si la pérdida a nivel Marbella será de un 10 o un 15 %, ¿qué ocurrirá en San Pedro? ¿Qué se hace para remediarlo? ¿Llegamos tarde para salvar la temporada? ¿Será sólo del 15%, o es lo que piensan que ocurrirá en el mejor de los casos? Preguntas a las que ni el ayuntamiento ni las asociaciones profesionales dan respuesta. Aún están a la espera de que resucite el Rey Fahd de Arabia y pegar el pelotazo al que nos han acostumbrado los políticos marbellíes.

Tomemos el ejemplo de Punta Umbría en Huelva.

Sus playas casi vírgenes se encuentran a rebosar desde hace semanas, a pesar de que sus aguas son de las más frías de Andalucía, ya que se encuentran en el Océano Atlántico.

Obtenida su independencia en el año 1963, este pueblo cuenta, según el INE 2008, con una población de 14.515 habitantes, muy por debajo de San Pedro Alcántara, con 45.834. A pesar de ello y tener sólo un hotel de categoría cuatro estrellas (precisamente un Barceló, como aquí), son capaces de mantener durante todo el verano repletas sus terrazas, chiringuitos, bares y restaurantes, hasta el punto de esperar horas para poder sentarse en alguno de éstos. Prácticamente igual ocurre con tiendas de ropa, zapatería, recuerdos, etc. que deben abrir sus puertas hasta altas horas de la noche, cerrando algunas a las doce o una de la madrugada.

Clara idea de lo que representa la economía del lugar puede obtenerse en el momento de pedir un plato de gambas de calidad con una cerveza del país, cuyo coste para el cliente suele rondar los 2,50 €. Evidentemente no viene un camarero enchaquetado y perfumado con “Nº 1 Imperial Majestic”, pero la calidad del producto respecto del precio está por encima de lo esperado en cualquiera de los bares y restaurantes de la lujuriosa Marbella.

En definitiva, Punta Umbría, al contrario de la propia Marbella, ofrece lleno absoluto durante todo el verano, precios baratos, buen servicio y playas de calidad. Tienen y mantienen un buen negocio que da de comer durante todo el año a más de 14.500 vecinos. Todo ello sin persecuciones policiales, fiestas plagadas de prostitutas de lujo, traficantes de armas y políticos metidos a aprendiz de Jesús Gil, vestidos de blanco a la moda ibicenca, queriendo aparentar cierta virginidad cuando, el que más y el que menos, como diría su orondo y fallecido líder, más de una vez ya ha hecho políticamente el egipcio.

Antídoto.

Para conseguir la vacuna que erradique esta pandemia, tendremos que localizar el gen causante de nuestra debilidad. Evidentemente, a poco que busquemos culpables de esta situación, tendremos que girar nuestras cabezas hacia el Ayuntamiento de Marbella. Allí, a esos perpetuos 10 kilómetros de distancia, se encuentran los que no supieron desde el 79 al 91 construir pueblo, a los que desde el 91 al 2006 corrieron con las bolsas de basura repletas de billetes; y a los actuales gobernantes, aún encorsetados en la propaganda de las obras y eventos faraónicos, esperanzados en un Plan General Urbanístico de papel a sabiendas imposible de ejecutar en su extensión pública y social, endiosados de puertas para fuera, pero temerosos del resultado de las próximas elecciones de 2011. Quizás por eso sacan a concurso 10 altos cargos con sueldos millonarios que después no habrá forma de que desaparezcan.

Por todo ello, a pesar de ser marbellero de nacimiento (que no marbellí por obra y gracia de la RAE), no podemos seguir de la mano de Marbella. La de los políticos; la corrupta; la desvergonzada; o la, como pude leer el otro día en un comentario del Sur Digital, la prostituta de la Europa.

Nuestro antídoto: INDEPENDENCIA.